Enfermedad del Parkinson.
La enfermedad de Parkinson se produce por una degeneración de la sustancia negra encargada de liberar dopamina. Esta degeneración de las células nerviosas afecta a la parte del cerebro que controla los movimientos musculares. La dopamina envía señales que ayudan a coordinar sus movimientos.
Los síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden incluir:
- Temblor en las manos, los brazos, las piernas, la mandíbula y la cara.
- Rigidez en los brazos, las piernas y el tronco.
- Lentitud de los movimientos.
- Problemas de equilibrio y coordinación.
A medida que los síntomas empeoran, las personas con la enfermedad pueden tener dificultades para caminar o hacer labores simples. También pueden tener problemas como depresión, trastornos del sueño o dificultades para masticar, tragar o hablar.
Características clínicas de habla y voz en la enfermedad de Parkinson.
Las principales alteraciones del habla y voz en EP son:
- En la fonación: disminución del volumen espiratorio, disminución de la intensidad y vocalización.
- Alteraciones de la resonancia por dificultades en la movilidad velopalatina.
- Alteraciones en la prosodia y articulación del lenguaje, secundarios a la bradicinesia y rigidez. Voz grave, entrecortada, ronca o espirada y consonantes imprecisas.
- El habla se produce en lentos ataques. Necesita hacer pausas para respirar entre palabras y sílabas, reduciéndose la fluidez.
Todo esto produce lenguaje hipofónico, monótono, farfullante y atropellado (Disartria hipocinética)
Fuente:En Martínez-Sánchez, F. (2010). Trastornos del habla y la voz en la enfermedad de Parkinson. revista de Neurología, 51(9), 542-550.
Bibliografía:
Benaiges, I. C., & Farret, C. A. (2007). Papel de la logopedia en el tratamiento de la disartria y la disfagia en la enfermedad de Parkinson. Neurología: Publicación oficial de la Sociedad Española de Neurología, 3(7), 30-33.
Carro, O. T., León, M., Alvarez, E., Maragoto, C., Alvarez, L., & Rivera, O. (2001). Rehabilitación del lenguaje en la enfermedad de Parkinson. Revista Mexicana de Neurociencia, 2(4), 241-244.